No hagas cosas buenas que te sacarán los ojos.

Jugaba con una amiga a combinar refranes cuando a ella se le ocurrió la ingeniosa sentencia que da título a esta entrada. He decidido no darle el crédito y no mencionar su nombre, por que ella no tiene blog, ni tuitah y lo escribió en facebook y eso no cuenta, por lo que es bastante probable que no se entere, a menos que lo googlee y entonces llegue a está entrada, que de hecho ya ha pasado, cuando esto era un inocente tuit, que yo sé, la tomará como la pequeña broma que es, y nos podremos reír de esto en el futuro mientras contemplamos un atardecer.
Como sea, lo importante aquí es el neo refrán que ha surgido para enriquecer nuestra querida sabiduría popular. Me he quedado pensando un largo rato sobre lo atinada que es. Dos imagenes vinieron a mi mente, la primera fue cierta película que vi años atrás cuyo nombre no recordaba, pero que gracias a la magia del internet, revisé que se llama Manderley, de Lars Von Trier, la segunda parte de la trilogía de la cual forma parte Dogville, que lleva por nombre "USA, Land of oportunities", y está es música del soundtrack:
(Spoiler Alert on) Manderlay es una película polémica que me impresionó mucho la primera vez que la vi. Ahora mismo revisando como la ha tratado la crítica desde su estreno (2005) descubro que no muy bien, principalmente a que la polémica se centro en el hecho de que el director asesino un asno frente a las cámaras para el filme; escena que fue editada y que para nada recuerdo.
Pero lo que me impresionó más fue la trama. En una plantación algodonera en algún estado sureño de los Estados Unidos (que me parece es Alabama en los años treinta) una joven mujer, inteligente, bella y liberal, hija del dueño de la hacienda, llega a hacerse cargo. Para la sorpresa de Grace (Bryce Dallas Howard) se encuentra en un sitio donde la esclavitud permanece intacta como si la guerra civil gringa no hubiese existido. Entonces, con todas las buenas intenciones del mundo, se propone cambiar esto y ayudar a la gente. Pero todo le sale terriblemente mal, logrando que poco a poco, conforme avanza la trama se convierta en una promotora del racismo y la segregación que tanto odia. La película, siguiendo un estilo de cine minimalista, es cercana a una puesta de obra de teatro experimental (sic), en donde los edificios están marcados con gis en el suelo negro y sólo los vestuarios de los personajes y algunos objetos están ambientados en la época; lo cual me parece francamente bello; tanto, como el personaje de Grace, que representa a tantos y tantos otros seres reales, convencidos de que tienen "la" razón y en su fe ciega de la existencia de un bien absoluto (el cual sólo tienen que divulgar y aplicar por todo el mundo) han llegado a cometer atroces crímenes.
Ahora mismo reviso que Triers recibió comentarios del tipo: "Von Trier is not so much a filmmaker as a misanthropic mesmerist, who uses movies to bend the viewer to his humorless will,", desde luego de periódicos Gringos, The New York Times para ser exactos. Transcribo otro de Los Angeles Times: "Trier gets lost in his own rethoric". Claro que una crítica tan directa a los valores baluartes de la nación norteamericana, de libertad, igualdad y democracia, debe ser calificada con ese tipo de comentarios, los cuales para mi, sobre todo si revisamos de quienes provienen, no pueden si no hablar bien de la película, ¡ya tengo ganas de volverla a ver!
Grace, la mujer idealista de la película, al final se ve envuelta en una tragedia, que irónicamente ella misma provocó, se convierte en la villana de la película. ¿Por qué la necesidad de imponer el bien, que a cada quién le ha sido inculcado de forma diferente? ¿Como puedo saber sí para los demás es bueno lo que para mi sí lo es?¿No la necesidad de hacerse mártires del ideal de justicia (del suyo propio) es una imperiosa necesidad de morir de forma arrogante para ser elevados a los pedestales de los altares de esos mismos ideales de justicia? ¿No hay algo de hipocresía en eso?


Y bueno para relajarse nada mejor que oír a David Bowie, en esta canción que también es parte del soundtrack de Manderlay, que va a tono con los gringos y sus ficciones de libertad, democracia e igualdad.

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